El término epigenética hace referencia al conjunto de todos aquellos factores que no son genéticos y que intervienen en el desarrollo de un organismo.
Desde el año 2001, se está descifrando un nuevo lenguaje del genoma e introduciendo la noción de que nuestras propias experiencias pueden marcar nuestro material genético, de una forma, hasta ahora desconocida y que estas marcas pueden ser transmitidas a generaciones futuras.
En relación a este concepto, un grupo de investigadores de la Universidad McGill en Canadá, ha estudiado la dieta paterna antes de la concepción y como ésta puede desempeñar un papel tan importante en la salud de los hijos como la materna.
En este trabajo, centraron su análisis en el estudio de la vitamina B9 o folato, presente en gran variedad de verduras de hoja verde, cereales, frutas y carnes. El ácido fólico materno es fundamental para prevenir abortos involuntarios y defectos de nacimiento. Sin embargo, hasta ahora no se había analizado en profundidad la forma en la que la dieta paterna puede influir en la salud y el desarrollo de los hijos. Ahora, en esta investigación se muestra por primera vez que los niveles de folato del padre pueden ser tan importantes para el desarrollo y la salud de los hijos como los de la madre.
Se ha podido estimar que, a pesar del hecho de que el ácido fólico está presente en una gran variedad de alimentos, los padres que siguen dietas ricas en grasas, de comida rápida o fast food o que son obesos podrían ser incapaces de metabolizar el ácido fólico en la misma forma que aquellos con los niveles adecuados de la vitamina B9.
Así pues, teniendo en cuenta este estudio, podemos sugerir que los padres tienen que pensarse lo que comen, lo que fuman y lo que beben y recordar que son los cuidadores de las generaciones venideras.
En conclusión, nuestra dieta actual actúa como mecanismo epigenético en una gran variedad de procesos fisiológicos y patológicos que incluyen por ejemplo la obesidad, varios tipos de cáncer, patologías cardiovasculares, neurológicas, reproductivas e inmunes, entre otros.
Por tanto, podemos concluir que lo que hagamos en el presente determinará nuestro futuro. Qué mejor forma de prevenir la obesidad que actuando en nuestra alimentación antes de querer ser padres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario